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¿cuál es el ámbito periodístico de la Inteligencia artificial referente a un tema global…?

 

 

En la última década, y en especial en los últimos años, la inteligencia artificial (IA) se ha transformado; no tanto respecto a lo que podemos hacer con ella sino en lo que hacemos. Para algunos, esta fase se inició en 2007 con la llegada de los teléfonos inteligentes. Como explicaré a continuación, en realidad la inteligencia es solo inteligencia, ya sea animal o artificial. Se trata de una forma de computación y, como tal, de transformación de la información.

La abundancia de información personal, resultado de la vinculación voluntaria de una parte ingente de la sociedad a internet, nos ha permitido trasladar un gran caudal de conocimiento explícito e implícito de la cultura humana obtenido por medio de cerebros humanos a formato digital. Una vez ahí, podemos utilizarlo no solo para funcionar con una competencia propia de humanos, también para generar más conocimiento y acciones mediante la computación automatizada.

Durante décadas, incluso antes de la creación del término, la IA suscitó tanto miedo como interés, cuando la humanidad contemplaba la posibilidad de crear máquinas a su imagen y semejanza. La expectativa de que los artefactos inteligentes tenían que ser, necesariamente, humanoides nos ha distraído de un hecho importante: hace ya algún tiempo que hemos logrado la IA. Los avances de la IA a la hora de superar la capacidad humana en actividades como el ajedrez (Hsu, 2002), el juego del Go (Silver et al., 2016) y la traducción (Wu et al., 2016) llegan ahora a los titulares, pero la IA está presente en la industria desde, al menos, la década de 1980.

Por entonces los sistemas de normas de producción o sistemas «expertos» se convirtieron en la tecnología estándar para comprobar circuitos impresos y detectar el fraude con tarjetas de créditos (Liao, 2005). De modo similar, hace tiempo que se emplean estrategias de aprendizaje automático (AA), como los algoritmos genéticos, para problemas comunicacionales de muy difícil resolución, como la planificación de sistemas operativos informáticos y redes neuronales, para modernizar y comprender el aprendizaje humano, pero también para tareas básicas de control y supervisor básicos en la industria (Widrow et al., 1994).

Durante la década de 1990, los métodos probabilistas y bayesianos revolucionaron el AA y sentaron las bases de algunas de las tecnologías de IA predominantes hoy: por ejemplo, la búsqueda a través de grandes masas de datos (Bishop, 1995). Esta capacidad de búsqueda incluía la posibilidad de hacer análisis semánticos de textos en bruto que permiten a los usuarios de la red encontrar los documentos que buscan entre billones de páginas web con solo escribir unas cuantas palabras (Lowe, 2001; Bullinaria y Levy, 2007).




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